domingo, 13 de noviembre de 2011

El Papa



La carta del Tarot “Le Pape” o el papa, se nos presenta a simple vista como un viejo señor, o sabio mirando fijamente hacia su derecha (lado activo), en donde su mano izquierda (receptiva) parece bendecir al mundo o a sus dos jóvenes acólitos, seguidores postrados a sus pies. La mano derecha está “enguantada” y sostiene el báculo que, al parecer, lo hace merecedor de un título muy especial. Sobre su cabeza tiene una especie de corona. Un papa es un guía espiritual para el pueblo cristiano, representa encarnadamente a la divinidad, dirige y bendice a sus seguidores. Es un puente entre el mundo terrenal y el mundo celestial, une dentro de sí los dos órdenes, reflejados en el círculo blanco-azul, que está entre los dos postrados. Es una idea que nos repercute, un anhelo en búsqueda de algo superior.

Este viejo señor, sin duda no es un papa muy corriente. En primer lugar, no está completamente vestido de blanco, como todos los papas, sino que lleva atuendos de distintos colores, rojo, amarillo, azul y verde. Me hace pensar que posee no tan solo un carácter serio-divinizado, propio de su investidura, sino que también quiere mostrar alegría y festividad en el mundo. Sus ropas parecen arrugarse desde su cintura hacia abajo, por lo que su cuerpo no queda del todo delineado. Podría imaginar que nos oculta algo, o ¿es un papa mutilado? ¿tiene vergüenza de su sexo? ¿solo funciona de la cintura hacia arriba? Los jóvenes están de espaldas a nosotros postrados ¿rezando? ¿pidiendo consejo? Tal vez sirva como espejo de nosotros mismos o todos aquellos que buscan sabiduría y ayuda en alguien superior, en un ser superior, en un objeto divino como el tarot. Pero ese postrarse puede que también refleje una tentación, un dejo de poca voluntad, o bien una entrega poco equitativa hacia aquel maestro que sabe más que nosotros, ¿podemos aprender lo mismo que el maestro, o bien, siempre seremos pequeños aduladores de su conocimiento? Podría ser un maestro más que un papa, o un papa – maestro. El maestro enseña, corrige y dirige a sus alumnos hacia el bien. Pero ¿no les muestra lo que hay bajo su cadera? ¿solo camina con la palabra?

Otro detalle interesante de este arcano es que, detrás del papa se esconden, o apenas se muestran, lo que parecen ser dos pilares, unidos por tablas, ¿o es una escalera de ascenso espiritual? ¿o son las pruebas y cursos que deben superar los alumnos? Finalmente lo más intrigante de esta carta, que mueve todo lo que he dicho antes: es esa tercera mano de color celeste y amarillo que está entre los dos postrados, la cual está palma arriba: ¿pidiendo consejo? ¿pidiendo limosna? ¿lanzando el círculo que refleja los dos órdenes del mundo? ¿quiere ver lo que oculta el papa bajo sus ropas? ¿quiere tocarle el sexo a su maestro? Esa mano de dónde viene, acaso la carta nos sugiere – a modo de puesta en abismo – que es nuestra propia mano, la del tarotista o la del consultante, postrado como los jóvenes frente al maravilloso Tarot. Sin duda el arcano V, es para mí, la carta de las infinitas preguntas, ¿podrá este papa-maestro-festivo respondernos a todas?

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